Escape



Una de las paradojas más irónicas de nuestro tiempo... estamos rodeados por una inaudita gama de artefactos recreativos y de posibilidades de ocio, pero la mayoría de nosotros nos sentimos aburridos y vagamente frustrados, como un niño que quiere juguetes nuevos, pero a medida que crece estos se vuelven más caros y sofisticados.

Quizás las cosas sencillas suelen ser las más valiosas… el simple encanto de una amistad, una puerta que se abre, una mesa acogedora, un apretón de manos, un abrazo, una sonrisa, el espacio del silencio entre las notas musicales, la calma de la noche, una estrella en el cielo, el amanecer, un atardecer, las nubes...